Entiendo esta parte sobre la «inmersión» como estar presente entre los alumnos. Es distinto a estar en la misma clase que ellos. Me refiero a pasar tiempo con ellos hablando, dialogando. Escuchándoles, preguntándoles y tratando de comprender sus dificultades para poder ponerles remedio.
Esta inmersión en un grupo de alumnos a veces es difícil, pero merece la pena el esfuerzo de intentarlo y la inversión de tiempo que requiere. Llevo poco tiempo poniendo en práctica esta estrategia, pero los resultados son bastante buenos.
Si estamos trabajando el aprendizaje basado en conceptos, tienes más tiempo para prestarles atención en ese proceso de hacerse preguntas o redactarlas. Es algo que encuentran muy difícil al comienzo.
Al multiplicarse los momentos en los que el docente emite feedback, el aprendizaje también se multiplica. No debería ser una sorpresa, pero cuanto más y mejor saben los alumnos lo que tienen que hacer y cómo tienen que hacerlo para que el resultado obtenido sea el mejor posible… el resultado es mucho mejor. A esto ayuda mucho establecer una rúbrica de evaluación con antelación a la corrección. Lo mejor es que la rúbrica sea colaborativa: elaborada entre el profesor y el alumnado. Pero si te va mal el tiempo, o no estás dispuesto a negociar tanto, puedes simplemente ofrecerles la rúbrica con que les evaluarás el mismo día en que comience el proyecto, la unidad o la actividad. Te sorprenderá comprobar que el resultado mejora.
Aunque no debería ser una sorpresa: piensa que alguien te pide construir una casa, pero no te dice cómo la quiere. Si al cabo del tiempo el que te realizó el encargo protesta y no quiere pagar la construcción, tendrías todo el derecho a decirle que no te especificó nada y que lo has hecho lo mejor que has podido. En cambio, si te da unos planos con medidas y materiales específicos, sabrás perfectamente antes de poner el primer gramo de hormigón lo que se espera de tu trabajo, y podrás cumplirlo bien.
Dicho de otra manera, acaba siendo un tema de justicia.
Lo dejaba para el final, pero seguramente te hayas preguntado que de dónde saco el tiempo para esto. Para responder a esa pregunta hace años escribí este post que te recomiendo de nuevo, porque sigue siendo actual. De hecho, no cambiaría nada de lo que está escrito en él. Aunque si que añadiría algunas estrategias y experiencias nuevas.
Estoy muy satisfecho con el modelo Flipped Classroom. No sólo porque me haya permitido conocer a mucha gente e intercambiar opiniones con ellos, sino porque ha sido la única manera en que he podido cumplir y pasar más tiempo atendiendo a cada uno de mis alumnos durante el tiempo de clase.
Requiere inversión de tiempo y creatividad, trabajo en equipo y más inversión de tiempo: pero es cierto que es sobre todo el primer año. Conforme vas cumpliendo cursos aplicando este modelo, cada vez te exige menos tiempo, y solo retocas materiales buscando aquellos que tienen más propósito para el grupo de alumnos que tienes delante.
Que quede claro, lo que te funciona un año no tiene por qué funcionarte otro.
Seguiremos…
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