Volviendo a lo mismo


Como cité en una entrada anterior, no es buena experiencia proporcionar a los jóvenes textos relamidos, simplificados, adaptados.

Acabo de terminar de leer otro fantástico libro de Daniel Pennac, Como una novela.

Tengo la suerte de que los libros que voy leyendo últimamente, se van superando unos a otros, espero que no se rompa esta racha.

Volviendo al principio,  transcribo un párrafo que arroja más luz aún sobre el asunto:

Una gran peligro les acecha si no deciden por sí mismos lo que está a su alcance saltándose las páginas que elijan: otros lo harán en su lugar.  Se apoderarán de las grandes tijeras de la imbecilidad y cortarán todo lo que consideren demasiado «difícil» para ellos. Eso da unos resultados terribles. Moby Dick o Los Miserables reducidos a unos resúmenes de 150 páginas, mutilados, destrozados, desmedrados, momificados, ¡reescritos para ellos en una lengua famélica que se supone que es la suya! Algo así como si yo me pusiera a dibujar de nuevo Guernica bajo el pretexto de que Picasso metió allí demasiados brochazos para un ojo de doce o trece años.

Una vez más, ¡fantástico Pennac!

Jesús Vélez

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3 comentarios en “Volviendo a lo mismo”

  1. Buenísimo Como una novela. Estoy también de acuerdo, no adaptaciones, hay mucho texto «fresco» que puede hacer ese papel, mientras no lleguen a las grandes obras, y si pueden hacerlo, pues a por ello.

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